En un bosque donde eucaliptus, acacias y moreras compiten por la luz, se alza Casa C&L. La verticalidad de sus fustes expresa la altitud del entorno, mientras la casa se eleva con delicadeza para respetar el ritmo natural del suelo.
Inspirada en esta verticalidad natural, la casa adopta el lenguaje de los árboles. Basada en la técnica Timber Frame y elevada sobre pilares de pino Oregón, su estructura se entrelaza y asciende como un bosque en construcción. Los encastres entre vigas evocan el arte ancestral de las muescas: precisión, fuerza y belleza al servicio de la permanencia.
En su interior, los muros de madera acompañan el sentido vertical hasta encontrarse con la luz, integrándose en un ritmo que invita la mirada a elevarse. A través de sus aberturas, la casa establece un diálogo directo con el cielo estrellado, proponiendo una forma de habitar en contemplación.
La madera y el metal conversan como viejos conocidos. En el exterior, el techo translúcido filtra la luz y deja pasar el cielo, mimetizándose con el entorno sin invadirlo. Casa C&L se integra al paisaje, respondiendo con sensibilidad a la grandeza boscosa que la rodea. Es refugio, gesto vertical y presencia respetuosa.
Con una arquitectura pensada para convivir con el clima y el ciclo natural, Casa C&L se construye bajo principios de sustentabilidad y eficiencia térmica, asegurando confort y armonía con el entorno en cada estación del año.